sábado, 3 de agosto de 2013

Quererte.

Dicen que lo mejor de la vida requiere esfuerzo. Y yo lo encuentro confuso, porque si bien es muy fácil quererte, no lo ha sido quitarle kilómetros a la distancia a base de letras y versos.
Quererte es esperar aquel, el momento glorioso en el que mi inconsciente te convoca y estás tan nítida como si fuera la primera vez que no te vi. Y es también el instante tortuoso en el que despierto y el recuerdo mitiga el que no estés aquí.
Quererte es ese beso que en el aire aguarda por fundirse en los dos al tiempo que nuestros anhelos se derritan. Es también acostumbrarse a no esperar que algunas cosas que nos encantaron se repitan.

Quererte es saber que cambiaste mi vida para bien y que no quiero que te vayas jamás. Es decirte que te quiero con acciones y canciones, nada más.

Te extraño más de lo que puedo tener, te escribo más de lo que puedo leer;
aunque no estés a mi lado, cierro los ojos, sonrió…y eres tú otra vez.

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