Podría
confundir tus ojos con el hueco más profundo y oscuro. Lo que sí no te prometo
es no acercarme a ellos sin una cuerda atada alrededor de la cintura. Ya sé
bien a lo que me atengo, y no es tu culpa, no; es sólo mi tendencia a volver
sobre mis pasos. No es cosa fácil, ¿sabes? Es difícil cuando las huellas sobre
la arena se las ha llevado el mar. Maldito amor, adolescente, insensato. Ya
estamos algo grandecitos, ¿no? Pero al parecer nunca serán suficientes los
traumas. ¿Y qué quieres que yo haga? Si el chip integrado en mi cerebro siempre
vuelve a tu regazo después de cada derrota. Y si tú me preguntas, sí, a veces
cansa seguirte el rastro, después de tanto año y tanto daño... Ser eternamente
Alicia persiguiendo al conejo blanco.
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