Algo dentro de mis bolsillos
pesa,
algo en el espacio jala,
algo en el aire ahoga,
algo en su mirada enferma.
Y comienzo a sentirme extraña,
comienzo a llover;
lleno ríos,
mojo sus manos,
recorro su rostro,
salpico sus pies,
empapo su cabello, su ropa.
Va destilando yo, destilándome,
así estoy presente
en el detalle más insignificante
aunque me juren ausente.
Monstruo de vaho,
va tomando forma de la nada,
tejiendo su propia salvación.
Ahora no eres más que huellas de
lodo sobre el asfalto.
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