miércoles, 28 de agosto de 2013

Ni tú ni yo, sino todo lo contrario.

Si me ves charqueando culpas por callejones solitarios, no soy yo, debe ser una ilusión; es mi sombra, es mi fantasma, son tus ojos que te engañan, es tu parte que me extraña. Se llena tu boca de razón al decir que no hay nadie que no esté necesitado de amor; yo me refugié en ti extrañando otros amores. Y aquí estoy, soy culpable, soy víctima, soy testigo de viva voz. Por más que quise no pude escuchar en tus palabras mi canción… pero aunque no quieras saberlo, jamás encontré brillo en tu mirada; al marcharme nunca el aire te faltó, y en mi presencia tus mejillas no se teñían. Llegará el momento en que te des cuenta que la vida será más fácil el día en que dejes de releer páginas y aprendas a pasarlas. Las cosas son así: nada dura más que el sol. Esto fue más trueque que traición: cada quién tomó del otro lo que necesitó. Al menos nos queda un apretón de manos, si no quieres cerrar con un abrazo. ¿Quién se queda con el último pedazo? Vamos a plantearlo así: acepto el papel de antagonista, pero aquí los dos pecamos de egoístas.


sábado, 24 de agosto de 2013

¿Dónde estás?


Los infomerciales llenan la televisión, mis párpados pesan y mis gafas están ya algo empañadas. Me concentro en cerrar los ojos, despejar mi mente, e intentar dormir. Solo acompañado del sonido de mi respiración. Todo es oscuridad. Tranquila, fría y al parecer impenetrable oscuridad...pero entonces, sucedes.
Grabado en mis pupilas, reaparece el resplandor de tus ojos en medio de la penumbra. Es tan profunda e infinita que no cuesta trabajo perderse en ella. Pareciera que emana luz propia esa mirada tuya a la que tanto he deseado sentir mía.
Tu rostro enmarcado por ese cabello con destellos oscuros que combinan tan bien con la fantasía de acariciarlo. Tus labios rosas y delicados, dibujando una sonrisa que decidiste inmortalizar y regalarme. Hace muchos meses y mis suspiros están tan largos y llenos de anhelo como el primer día.
Algo cálido me llena el pecho como reacción a la idea de tenerte aquí para observar el cielo y la luna. Es casi mágico. Como tú, como nuestra historia. Y esa encantadora y dulce voz penetra mis pensamientos diciéndome que estoy loco por pensarte así. Y quizás sí lo estoy, pero lo estaría más si dejara irte porque sí de mi vida.
Es tu recuerdo, a menudo, lo más tangible y alentador a lo que me puedo aferrar cuando todo parece ir mal.
Cuando te extraño no me queda más que escribir y repetirme que no tardarás en regresar. Que ya pronto te veré. Un monólogo pretendiendo que te susurro al oído me hace hablarte aunque jamás escuches ni la mitad de lo que te digo. Y es así, pensándote, que finalmente me pierdo enrtre tu imagen y mis sueños, en los que casi inconscientemente deseo que también aparezcas, y que lo recuerde, para no extrañarte tanto durante los días en que te esfumas sin razón..

miércoles, 21 de agosto de 2013

Follow the white rabbit

Podría confundir tus ojos con el hueco más profundo y oscuro. Lo que sí no te prometo es no acercarme a ellos sin una cuerda atada alrededor de la cintura. Ya sé bien a lo que me atengo, y no es tu culpa, no; es sólo mi tendencia a volver sobre mis pasos. No es cosa fácil, ¿sabes? Es difícil cuando las huellas sobre la arena se las ha llevado el mar. Maldito amor, adolescente, insensato. Ya estamos algo grandecitos, ¿no? Pero al parecer nunca serán suficientes los traumas. ¿Y qué quieres que yo haga? Si el chip integrado en mi cerebro siempre vuelve a tu regazo después de cada derrota. Y si tú me preguntas, sí, a veces cansa seguirte el rastro, después de tanto año y tanto daño... Ser eternamente Alicia persiguiendo al conejo blanco.



miércoles, 14 de agosto de 2013

Yo no lloro, yo lluevo...

Algo dentro de mis bolsillos pesa,
algo en el espacio jala,
algo en el aire ahoga,
algo en su mirada enferma.
Y comienzo a sentirme extraña,
comienzo a llover;
lleno ríos,
mojo sus manos,
recorro su rostro,
salpico sus pies,
empapo su cabello, su ropa.
Va destilando yo, destilándome,
así estoy presente
en el detalle más insignificante
aunque me juren ausente.
Monstruo de vaho,
va tomando forma de la nada,
tejiendo su propia salvación.
Ahora no eres más que huellas de lodo sobre el asfalto.



sábado, 10 de agosto de 2013

Usted.

Usted dice que el espacio se mide en deseos de verme y no encuentro la fórmula algebráica para refutarla, aunque en el fondo, sepa que miente; así como usted no podrá desmentirme cuando digo que de silencio y distancia se alimentan las ganas o se mueren de hambre. A las suyas las veo muy bien alimentadas en otros árboles.

Acá entre nos, la distancia es sólo pretexto para acariciarla con los dedos de mi imaginación, como el silencio es solo su excusa para negar que encabezo su lista de venenos por probar. No mentiré en algo, tiene los silencios más hermosos del mundo, para robárselos por las buenas...o por las malas.

Aunque en contadas ocasiones haya visto sus ojos de luna, nada impide el rayo sensual de su mirada en Twitter ó por debajo de mis párpados cuando pensarla no quiero, ni debo, pero ahí está. ¿Y ahora que lo pienso, por qué le estoy hablando de usted?, porque a lo sublime y prohibido,como usted, se le debe respeto de alguna forma. incluso cuando mi fantasiosa mente esté de irrespetuosa arrancándole supuestos gemidos, en donde brotan sus piernas y le rompo de una sola vez, todos sus silencios y morales.

Si las matemáticas no se me dan, el derecho menos. Yo con usted, llevo todas las de perder, pero perder con usted valdría el pecado. Creo que en el infierno, todas las sonrisas son como la suya y he dejado de llamar infierno a nada que no tenga que ver con su nombre ó con su cuerpo. Dicho sea de paso, ya no hay cielo si no está reflejado en sus rendijas de luna.

Dejaré de hablar de usted y empezaré a hablar de ti, que para eso duermo y muero. Porque todavía no nazco, lo haré cuando le quite tu nombre a lo imposible. Cuando llegue la hora de coquetearnos menos y sentirnos más, sin tantas letras de testigo. Dicen los que saben de distancias en espacios redondos, que caminando en sentidos opuestos también podemos encontrarnos, aunque nos tardemos más, aunque en el camino las miradas se extravíen en cualquier laberinto de falsos amores y nuestras ganas parezcan desfallecer en un ataúd de cariño fraternal.

¿Te han dicho que estuviste a un tornillo de acabar en un manicomio?, bonita te verías escribiendo con camisa de fuerza y café todos los días.
Si estás medio loca, escribes bonito y tienes los labios mordisqueables, no soy responsable del infierno que se desate entre nosotros si un día nos atrevemos, ya no se diga cuando llegue aquel nuestro primer beso. El castigo de robarte ese primer beso, porque así es como deben ser los primeros besos, será no poder evitar preguntarme qué sabor tienen tus otros besos.Tu castigo será, porque no hay otro castigo para quien se niega a caer en mis brazos, haber desperdiciado tanto tiempo en otros amores más teóricos que comprobados.

De mis labios aprenderás, que hasta la mordida más leve enciende llamaradas y sabrás que permanecí en tu vida para desaparecerlo todo cada vez que irrumpa en tus entrañas, cuando cada noche juguemos a matarnos la inocencia al borde de tu abismo, a desangrarnos en agua y abrazos, a estrujarnos las ganas y dejar los gritos de nuestros dedos tatuados en la piel. Voy a conquistar el filo de tus navajas  y moriré noblemente en el nudo de tus piernas tersas. Y si tus piernas no se están quietas, tendré que atarlas a la cama y taparé tus ojos perfectos para que de plano no tengas más armas en mi contra que el gemido de tu garganta. Aprenderé que hay viajes que no importa el sentido, siempre y cuando el destino sea el mismo. Lo aprenderé en tus piernas, Mujer.

Ya mejor detengo mis letras, que de infinito se visten los minutos cuando se vive tan lejos y tan cerca de tí. Esta noche, deja la puerta cerrada y tus sueños abiertos. Yo voy a dejar la mirada en el horizonte, y éste escrito en tu imaginación, por si decides volar hacia mí...porque la distancia no es rival para la mente.

sábado, 3 de agosto de 2013

Quererte.

Dicen que lo mejor de la vida requiere esfuerzo. Y yo lo encuentro confuso, porque si bien es muy fácil quererte, no lo ha sido quitarle kilómetros a la distancia a base de letras y versos.
Quererte es esperar aquel, el momento glorioso en el que mi inconsciente te convoca y estás tan nítida como si fuera la primera vez que no te vi. Y es también el instante tortuoso en el que despierto y el recuerdo mitiga el que no estés aquí.
Quererte es ese beso que en el aire aguarda por fundirse en los dos al tiempo que nuestros anhelos se derritan. Es también acostumbrarse a no esperar que algunas cosas que nos encantaron se repitan.

Quererte es saber que cambiaste mi vida para bien y que no quiero que te vayas jamás. Es decirte que te quiero con acciones y canciones, nada más.

Te extraño más de lo que puedo tener, te escribo más de lo que puedo leer;
aunque no estés a mi lado, cierro los ojos, sonrió…y eres tú otra vez.