miércoles, 26 de junio de 2013

Azul

Todavía hay bostezos que se pierden entre tus ropas, y una que otra tonada con sabor a sal, con olor a mar. Quién sabe, posiblemente esta ola también bañó los pies de alguien más; podría traer una postal del lugar más inesperado. Sin remitente, con destino al azar, desde esa ciudad voraz, infinita, donde te puedo ver. Abriendo puertas, cerrando ciclos, haciendo cabrillas, pintando sonrisas, volando cometas, vendiendo sueños. El viento aun nos despeina, y tú todavía te pierdes entre tanta selva. Te veo. Así, sin más, que con esta luz del sol todo se aprecia de modo más agradable, y sólo por eso prometo ya no preguntar; esta vez me voy a sentar, voy a dejar que trences mi cabello y lo adornes con flores. Si pudiéramos retroceder al momento justo, donde tirados sobre el pasto teníamos la certeza de que podíamos ser nosotros mismos. Ahí, ahí se piensa... ahí, en calma, se cuentan todas las estrellas. Tal vez esta ola fue pateada hasta acá; de un mar de agua, de un mar de gente, nadie lo sabe. Por acá abunda tanta cosa incierta. Y yo... yo te sigo viendo tan azul como aquella vez.



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