Sigo sin saber qué sentir. Sigo esperando ser
descongelada para fluir como el río; para respirar y despertar, en un débil
intento por no olvidar cómo se vive. Sigo siendo Alicia atrapada en el espejo. Sigo
sabiendo que lo único absoluto son tus sentencias, y tú sigues firme
apuntándome en la sien. Sigo siendo pequeña la mayor parte del tiempo. Sigo siendo lo que nadie se atreve a decir y
lo que todos quieren escuchar. Sigo siendo la hierba mala en el jardín, el
comentario inoportuno, lo que nadie mira oculto en el desván. Sigo buscando un
pedacito de tierra donde tenga inmunidad, donde los matices de tu rostro no
cambien con cada tic tac del reloj. Nosotros también somos mascotas, pero en un
patio más grande. Siento que ya es un poco tarde para darme cuenta que las
cosas no deben importarme tanto. Creo que es buena hora para cantar, todavía nos
quedan muchos imposibles por lograr. Por fin entendí que en este lugar la
respuesta correcta para cada por qué es un por
qué no.
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