Hace mucho no sentía tantas ganas
de abrazar a alguien.
De volverlo aire. Inhalarlo.
Aguantar la respiración y
retenerlo dentro mío lo más que pueda.
De sentirlo parte de mí.
De apagar las luces y cerrar
los ojos y que me esté esperando.
Decirle tantas cosas, y a la
vez callar y sólo mirarlo.
Hace tanto que mis suspiros no
tenían dedicatoria.
Ha llegado, ha venido; hasta
parece que lo han mandado.
A pulsar el botón play, a permitirme seguir corriendo.
Con bote de pegamento en mano
a volver a armar mis partes,
a resanar mis fisuras, a reparar
tanta fuga de agua.
Me hace sentir nostalgia, me hace recordar tiempos mejores,
me pinta el mismo horizonte con una nuevo historia.
El secreto aquí está en no
pensarla mucho.
Espero que sea cierto. Que
hayas llegado a cambiarme,
a volver a iluminar esta noche
tan perpetua.
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