Abre sus ojos,
Ni siquiera imagina
Que ya es parte de un pensamiento,
De un anhelo.
A veces, sólo a veces,
Sus manos simulan un abrazo
Y se acercan
A peligrosa distancia
En una dimensión paralela,
Pero allá,
Allá no enmudece.
Sus tres soles
Sus dos manos,
Su único destello,
Le invaden,
Le tienden una emboscada,
Y se pregunta
Si no moriría de pena
En el intento de migrar.
A veces, sólo a veces
Se regocija,
Maliciosamente,
Se contonea al caminar,
Y trata de adivinar
Lo que pasa por su cabeza.
Parpadea,
Abanica
Polvo cósmico,
Le viste, le impregna,
Le escribe canciones,
Les escribe poemas,
Y se los recita arriba,
Muy arriba sobre el cielo.
A veces, sólo a veces,
Se contraen sus sentidos,
Y se sonríe
Ante la posibilidad
De encontrar algo más allá,
De hacerse notar,
De gritar que existe,
De beberse el Universo.
Algo hay,
Ahí está,
Algo después
De lo que llaman “nunca más”.
No tiene mala memoria,
Sólo a veces olvida recordar.
Pero a veces.
Sólo a veces.
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