miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lo bueno es insuperable...

El rasgueo de la guitarra,
tus dedos rozando las cuerdas,
música que acaricia el viento,
suave, marca el compás de mis suspiros.
Pestañas infinitas,
sonrisas incandescentes, besos fugaces,
por aquí, por allá, porque sí, porque no,
porque nos tenemos.
Tan deseado, tan incierto,
como la primera lluvia del año,
tan divino y tan humano.
Eres orgasmo a los cinco sentidos,
involuntario, no te enteras,
me haces rogar que no acabe el hoy
y esperar con ansias el mañana.
En este pequeño pedazo de infinito
todas las noches hay estrellas,
aquí contigo me siento libre,
hermosa,
bohemia.
Y no sé a quién dar las gracias,
si al cielo o al destino,
mientras tanto me las guardo en el bolsillo
que después estorbará.
No lo puedo evitar,
voy a morir de ternura,
nadie iguala tu color.


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