sábado, 27 de julio de 2013

Adioses.

A veces me siento con ganas de decirle a todos aquell@s que me importan, cuánto l@s quiero; y duele sentirse vencido al final por el miedo a sentirse vulnerable de nuevo. 

Y busco en dónde se quedaron los "Te quiero" y las pláticas y las salidas frecuentes. En dónde dejamos de saberlo todo uno del otro y la razón de por qué habrá pasado.

Y me encuentro escarbando en los vestigios del pasado personas que hoy se llaman igual y lucen igual pero no son las mismas.

La neblina del orgullo no nos deja ver lo que dejamos a la deriva por no remar un poco más, y queremos enmendarlo cuando está a leguas de nuestra vida y no podemos abrazarlo ni sentirlo, ni oírlo ni mirarlo.

Rebusco mil formas indirectas de impedir el abandono mutuo porque las directas ya parecen muy clichés como detonadores de discusiones que causan el efecto contrario al esperado.

Me intento consolar pensando que al final de la vida cinco amigos o menos son los verdaderos pero me asalta la duda tóxica de si es solo una excusa para sentarse en el cómodo trono de la soberbia.

Sonrío cuando recuerdo que hay más gente maravillosa para conocer, y sin embargo está lejos...y quizá solo sea la adrenalina de lo desconocido el entusiasmo de ello.

La gente pasa y se queda, y se va, y vuelve a veces. Y yo sigo sin saber cómo encontrar la manera de que no duelan los adioses que no se dicen, sino que simplemente se dejan pasar.

miércoles, 17 de julio de 2013

Quererte

Te quiero.
Tan fuera de este mundo,
en medio del caos.
En la agonía del día,
en la oscuridad que nos invade.
Sin aliento ni palabras.
Quiero quererte como se quiere por aquí,
por amor y sin reservas,
en blanco y negro.
Saber que todo estará bien si te miro.
Tocarte y seguir vivo.
Quererte sin necesidad de tenerte.
Quererte porque así soy fuerte.
Quererte a ti.
Sin moral y sin leyes.
Imparable.
Te quiero; en lo tierno, en lo escabroso.
Hasta secarme y consumirme,
hasta lograr evaporarte.
Con coraje, con pasión,
así, sin más,
porque puedo, porque quiero.
Te quiero así,
te quiero aquí.




miércoles, 10 de julio de 2013

Delirios

Me vienen voces de otras vidas,
Un poema que nadie entiende
Tan diferente de otras suertes.
Es oscuro,
Nace de esta sed primitiva,
Del inconformismo,
Del dolor en la base de todas las cosas,
De la creación misma.
Una oda al día nublado,
Al día en que la ciudad quedó vacía
Y todo se volvió frío
Por el sonido de los pasos,
De los metales chocando,
De las pieles perforadas
Que aún resuenan, que aún aturden.
El día en que la ceniza lo volvió todo blanco y negro
Y no pudo borrar tanto caos, sólo lo enterró,
Cuando las cabezas bajaron
Y sus ojos se ensombrecieron.
No hay valentía, pero hay coraje,
Ahí está la mano que quiere tomar la pluma,
La que dejará caer la navaja.
Las aguas se mezclan,
Las letras se ordenan,
Comienzan a crujir las maderas...
Donde el sonido del incomprendido siempre es lastimoso,
Donde la llama termina por encenderse,
Donde los condenados seguimos diciendo que no.