miércoles, 25 de septiembre de 2013

Falta tanto.

Un viento que lo sepa todo.
Que sople tan fuerte que nos arranque el cáncer del alma,
que con su silbido encante mis oídos
y hable por sí solo.
Gotas de lluvia que me abofeteen la cara,
que intenten quebrar mi ventana,
que retumben contra mis cimientos y atraviesen mis paredes.
Una tortura infinita, más agradable que cualquiera haya sufrido.
Carcajearme ante esa ingenua osadía
de confundir mis ojos empañados con dos estrellas sobre la noche.
Que mi furia llegue a rugir algún día tan fuerte como la tormenta allá afuera...
No dejo de pensar en el día en que su mano no me sujetó.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

Lo bueno es insuperable...

El rasgueo de la guitarra,
tus dedos rozando las cuerdas,
música que acaricia el viento,
suave, marca el compás de mis suspiros.
Pestañas infinitas,
sonrisas incandescentes, besos fugaces,
por aquí, por allá, porque sí, porque no,
porque nos tenemos.
Tan deseado, tan incierto,
como la primera lluvia del año,
tan divino y tan humano.
Eres orgasmo a los cinco sentidos,
involuntario, no te enteras,
me haces rogar que no acabe el hoy
y esperar con ansias el mañana.
En este pequeño pedazo de infinito
todas las noches hay estrellas,
aquí contigo me siento libre,
hermosa,
bohemia.
Y no sé a quién dar las gracias,
si al cielo o al destino,
mientras tanto me las guardo en el bolsillo
que después estorbará.
No lo puedo evitar,
voy a morir de ternura,
nadie iguala tu color.